Esta enfermedad afecta fundamentalmente a las personas que viven en zonas con alta presencia de palomas, como edificios antiguos, torres, tejados, etc. Los síntomas típicos son fiebre alta, tos y dolor de cabeza. En casos graves, puede llegar a causar síntomas neurológicos. Otra importante enfermedad transmitida por palomas es la peste, provocada por la bacteria Yersinia pestis. Esta infección, muy común hace años, puede transmitirse directamente a las personas si entran en contacto directo con las palomas infectadas o si estas heces u otros desechos entran en contacto con heridas abiertas. La preocupación principal con esta enfermedad es que los insectos pueden a su vez transmitir la bacteria a personas sanas si pican a personas infectadas. Los primeros síntomas son fiebre, tos y dolor de cabeza, pero si no se reconoce la peste a tiempo, puede evolucionar a una septicemia.
La salmonella es una bacteria encontrada comúnmente en el intestino de los animales, incluyendo palomas. Los casos de infección son poco comunes, pero se pueden transmitir a los humanos vía contacto directo o ingiriendo alimentos contaminados por una paloma. A diferencia de las gentes anteriormente mencionadas, los primeros síntomas son dolor abdominal y diarrea, aunque si se extiende la infección los síntomas pueden ser más severos e incluso letales. La salmonelosis es una enfermedad que afecta los humanos y los animales, causada por una bacteria conocida como Salmonella. Es una bacteria normalmente presente en los intestinos de los humanos, animales y aves, y suelen ser transmitidos a través de los alimentos contaminados. Los alimentos más comunes que se contaminan con esta bacteria son las aves, como el pollo, los huevos, y los productos lácteos, así como la carne de res, cerdo, cordero y pescado.
Los síntomas de la salmonelosis generalmente se presentan dentro de 12 a 72 horas después de la ingesta de los alimentos contaminados. Estos síntomas generalmente incluyen náuseas, vómitos, diarrea, cólicos abdominales, dolor de cabeza, fiebre, escalofríos y malestar general. A veces, la enfermedad puede resultar en complicaciones como la meningitis, una infección bacteriana de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal, y artritis reactiva, que es una inflamación en una o más articulaciones. Aunque la mayoría de los casos de salmonelosis son leves y desaparecen por sí mismos, algunos casos más graves pueden ser tratados con antibióticos. Los antibióticos de elección para el tratamiento de la salmonelosis son la ampicilina, la eritromicina, la tetraciclina y la sulfona-metrixazol. La mejor forma de prevenir la salmonelosis es mantener los alimentos limpios y cocinarlos completamente a la temperatura adecuada.